miércoles, 19 de septiembre de 2012

CIUDAD INTELIGENTE habra en Brasil

 BRASIL TENDRA SU PRIMERA CIUDAD INTELIGENTE
- Cuando finalice el Mundial, Recife celebrará más que en los partidos: arrancará un proyecto urbano que promete revolucionar la historia de las ciudades del país
 A 20 km de Recife, a las afueras del municipio de San Lorenzo da Mata, en un área que bien podría escenificar la nada, se levanta a contrarreloj la Arena Pernambuco, uno de los cuatro estadios que están siendo construidos desde cero para la Copa del Mundo.
Todavía una estructura de concreto, con miles de trabajadores esculpiendo sus formas, el estadio será el inicio de lo que sus creadores llaman el primer centro urbano inteligente de Brasil, un área de 240 hectáreas donde unos 30.000 habitantes podrán acceder a servicios de calidad y amigables con el medio ambiente con apenas una tarjeta electrónica.
"Este es el proyecto más ambicioso de las 12 sedes del Mundial, no hay nada parecido. Es el único que trasciende a la construcción o reforma de un estadio", sostuvo a la AFP Ricardo Leitao Teixeira, jefe del comité organizador de Recife.
La Arena Pernambuco será para esta ciudad lo que implicaron las capillas o las fortalezas militares para las ciudades latinoamericanas del pasado: su piedra fundacional, el punto desde donde se expandirá un nuevo conglomerado urbano del siglo XXI.
A primera vista aún es difícil imaginar lo que sus diseñadores prometen. San Lorenzo da Mata, con unos 103.000 habitantes, es hoy más una postal del pasado que del futuro, con calles estrechas, hilos de agua residuales corriendo por las calles y hombres viendo pasar la vida desde fuera de modestas tiendas.
Las vías que conectan Recife con el estadio están siendo ampliadas. El recorrido para llegar desde la zona hotelera puede tardar hora y media por culpa del tráfico. Los organizadores aseguran que para el torneo, el tiempo de viaje disminuirá a media hora.
Después del Mundial, se construirán cerca de la Arena Pernambuco -cuyos ingenieros aseguran será uno de los estadios más modernos de Brasil- una universidad, un área de ocio, un centro empresarial y por último módulos habitacionales.
"Ya se ve que la Copa está cambiando la vida de San Lorenzo. El desarrollo que no ha tenido se ve ahora", dijo Almir Barros, un soldador de 40 años que ha vivido la mayor parte del tiempo en este municipio.
• La revolución
La denominada "Ciudad de la Copa", que fue entregada en concesión por 30 años al gigante constructor brasileño Odebrecht, apuesta a ser el legado más visible del Mundial. "Es un proyecto innovador porque en esa ciudad habrá educación y a través de ella vendrá el ocio y el trabajo, con lo que las personas querrán fijar aquí su residencia", indicó José Ayres, director de ingeniería del proyecto de la empresa.
• Convencer a la FIFA
Recostada sobre el Atlántico, en el nordeste de Brasil, una región históricamente más pobre que el sur, Recife realiza un colosal esfuerzo para convencer a la FIFA de que tendrá el estadio en regla para la Copa Confederaciones, el certamen previo al Mundial que reúne a los campeones de las seis asociaciones continentales, más el campeón mundial y el país anfitrión.


"Tenemos que convencer a la FIFA de eso, no solamente decirle, convencerla", señaló Leitao. El plazo para entregar el estadio vence en febrero, pero la FIFA deberá definir en noviembre, con un 80% de las obras terminadas, si Recife será o no sede de la Copa Confederaciones que se inaugurará el 15 de junio.
Hasta septiembre sólo seis de los estadios de los 12 que acogerán el Mundial habían concluido el 50% de las obras.
La Arena Pernambuco, cuya construcción empezó en 2010 a un costo estimado de 265 millones de dólares, debía recién estar lista para el Mundial, pero sobre la marcha se decidió que también podía ser una de las seis sedes de la Confederaciones.
El Gobierno y la empresa privada invertirán hasta 2014 unos 2.250 millones de dólares para que Recife reciba cinco juegos de la Copa del Mundo. En total, Brasil deberá desembolsar más de 13.000 millones de dólares para organizar el Mundial.
"El cronograma es apretado y cualquier resbalón sería difícil de corregir", advirtió Ayres. Unos 4.000 obreros trabajan 22 horas diarias, en dos turnos, para completar la parte más pesada y compleja de la obra. La actividad se ampliará a 24 horas durante la instalación de servicios eléctricos y telecomunicaciones. (tomado de APF.Mercosur)

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