jueves, 20 de diciembre de 2012

PRIVATIZANDO LOS PECES EN CHILE


 El rol de Longueira en la Privatización de los peces
Ésta es sin duda una de sus triquiñuelas más sagaces, ya que mediante ella trata de confundir a la opinión pública, estableciendo una equivalencia entre peras y manzanas. Respecto a ello un senador manifestó que esto es “como si sacasen licencia de conducir, y por ello les regalasen un auto Mercedes Benz” (Camilo Escalona presidente de Senado). Pese a que no se trata una Legislación que entregue autos, sino seres vivos que viven precisamente en “estado bravío”, y de cuyas propiedades alimenticias y económicas dependen millones de personas no sólo en Chile, sino en el mundo entero, es que nos parece que el tema debiera ser tratado a fondo, por entendidos en la materia, que éticamente sean responsables en cuanto a establecer criterios de administración de nuestros recursos del mar y del mar mismo, buscando ante todo la protección de estos. Para ello pensamos, estos deben ante todo ser tratados como recursos naturales renovables, no como recursos minerales, aunque incluso éstos son tratados como vil dinero por acumular.
Por: Natalia Guerrero
18 de diciembre de 2012
 Desgraciadamente y jugando en contra de los intereses generales del país, finalmente fue aprobado por la Comisión Mixta (Diputados y Senadores) del parlamento chileno, el nefasto proyecto de Ley de Pesca craneado por el actual ministro de Economía, Pablo Longueira, popularizado como “Ley Longueira”.
 Y pese a que insistimos en reiteradas ocasiones sobre el sustento netamente discursivo de lo “positivo de esta ley”, en la que se ampara la privatización del mar y sus recursos como fin, y que cabe mencionar, pretende ante todo defender y resguardar los intereses económicos que desde el empresariado local y transnacional despierta la acaparación oligopólica de esta área productiva, es que el gobierno y todos “esos” que dicen representar los intereses del país, no hicieron sino asegurar sus bolsillos y los de los empresarios pesqueros, en desmedro del interés general de todos los chilenos.
 La historia de la denominada “Ley Longueira”, se sustenta, al igual que toda la Legislación pesquera chilena, en lo que la dictadura Pinochetista heredó como base ideológica al “retorno a la democracia”. Así entonces, después de muchos intentos fallidos “nuestras autoridades”, gracias a las sucesivas reformas que paulatinamente han incorporado mediante Decretos que se adecuan a la maximización de ganancias, han conseguido afianzar el clima favorable que les permitirá mediante la potestad que les confieren sus respectivos cargos, dar legitimidad democrática al proceso mediante el cual se pretende regalar los recursos pesqueros del país a un grupo empresarial que controla, la mayor parte de la actividad productiva del país.
 Proceso de privatización a cargo del Ministro de Economía, que cual operador político, se ha valido de sus argucias y charlatanería para por fin conseguir lo que el propio Piñera, Sergio Diez Urzúa y Jaime Guzmán Errázuriz (amigo íntimo de Pablo Longueira) no pudieron concretar en 1989. Estos como claros y consecuentes ideólogos de la constitución política del 80’ exigían el clima político que posibilitara ante todo, el mínimo de restricciones a la actividad económica de la pesca, ya que incluso la eventual licitación de los recursos propuesta por Aylwin en 1990 lesionaba el estatuto constitucional de los derechos individuales, entendido fundamentalmente como el derecho a la propiedad de los recursos pesqueros.
 Así siguiendo esta línea discursiva, el Ministro de Economía como una suerte de gurú de la falacia, ha construido la historia que justifica nuevamente a los “vencedores”: aquellos que han consentido financiar campañas de la clase política chilena; aquellos que desde 2013 gozarán coincidentemente de derechos de propiedad privada sobre los recursos pesqueros y del mar para siempre.
 Frente a tal cuestión entonces, resulta decidor elaborar una cronología de las triquiñuelas con las que Pablo Longueira Montes, ha trepado hasta conseguir regalar a los empresarios locales e internacionales el dominio de nuestro mar y sus recursos. Estas han sido las jugadas estratégicas con las que el Ministro ha podido concretar tal propósito, a los ojos de uno de los dirigentes disidentes de este proyecto de Ley, Cosme Caracciolo A:
 Ardid Nº 1:
“Si no se aprueba este proyecto quedaremos sin ley”
FALSO.
Lo que sí termina, es el régimen que agudizó la concentración económica de las Cuotas de Pesca en manos de destinatarios individuales. Termina entonces la “Ley Corta” de Límites Máximos de Captura por Armador (L.M.C.A) que entregara temporalmente la propiedad de recursos pesqueros a los empresarios de la pesca. Una vez concluida esta ley, entra a regir la “Ley Madre” de 1991 Nº 18.892 cuyo cuerpo legal constituye provisoriamente, la única fuente jurídica que puede temporalmente resguardar la preservación del mar y sus recursos para las futuras generaciones, ya que es el Estado quien administra los recursos y no un grupo empresarial.
 Ardid Nº 2:
“Al quedar sin ley, entramos en la “carrera olímpica”
FALSO.
Puesto que las “cuotas pesqueras” se encuentran ya fijadas, nadie puede pescar más allá de tales cuotas. Por otra parte, la sobreinversión en flota que la industria pesquera hiciera con el fin de acaparar más “cuota” en los años en que se aplicó el criterio de asignación de una cuota global de captura, ya ha sido retirada. Paradojalmente, mientras que la flota (embarcaciones) se retiró (y se convirtió en chatarra), con ello la industria pesquera no restó sino que mantuvo su “capacidad de pesca” excesiva, no disminuyendo por tanto el sobre “esfuerzo pesquero” que en 2002 justificara la modificación (suspensión en sus efectos) de la Ley 18.892 (Ley General de Pesca y Acuicultura) y su eventual reemplazo por la Ley 19.713 o Ley de Cuotas Individuales Transferibles (o L.M.C.A)
 Ardid Nº 3:
“Esta es una ley para los pescadores artesanales”
FALSO.
La denominada “Ley Longueira” sólo entrega cuotas de pesca a los empresarios pesqueros y a su símil en la pesca artesanal, esto es, los “armadores artesanales”, que no necesariamente son pescadores artesanales, sino que en buena parte y a medida que aumenta la concentración de cuotas que en sus manos poseen, son empresarios de la pesca artesanal que entregan a la industria pesquera el producto que sus enormes embarcaciones extraen. Estos armadores “artesanales” que poseen embarcaciones cuyo costo promedio supera los 500 millones de pesos, son los encargados de llevar la mayor parte de la cuota artesanal, hacia el sector industrial. En pesca artesanal se les conoce como industriales encubiertos, ya que se les ha asignado la mayor parte de la cuota artesanal, a la vez que pueden operar perforando la zona que antes fuese destinada a la actividad pesquera artesanal.
El pescador artesanal por otra parte, reducido a esclavo asalariado producto de las sucesivas leyes implementadas en su contra, hoy por hoy tiene sólo el recuerdo del libre acceso a las pesquerías en el que habían operado históricamente conviviendo armoniosamente con el medio marino y sus recursos.
 Ardid Nº 4:
“La principal preocupación de esta Ley es la sustentabilidad de los recursos”
FALSO
Lo que se asegura sin duda es la sustentabilidad de los bolsillos empresariales, antes que la sustentabilidad de las especies involucradas en este proyecto de devastación y muerte. No puede ser sustentable la entrega de cuotas de pesca por un período de 20 años renovables automáticamente (o sea 40 años y de ahí suma y sigue) a quienes se han encargado de colapsar y sobreexplotar las pesquerías a corto plazo, sin medir los impactos que ello conlleva para nuestra soberanía alimentaria, a la vez que se acepta aprobar una Ley “Longueira” por parte de los parlamentarios, que mantiene los artes destructivos-no selectivos de pesca, como el arrastre y el cerco.
 Ardid Nº 5:
“Los permisos de pesca son indefinidos, por tanto con esta ley seguirán siéndolo”
FALSO
Lo que intenta hacer acá Longueira es establecer una confusión conceptual entre permiso de pesca y cuotas de pesca. Los permisos de pesca no tienen absolutamente nada que ver con la entrega de cuotas que otorguen propiedad temporal sobre los recursos pesqueros. Así al menos lo establece la Ley de pesca vigente de Límites Máximos de Captura por Armador (LMCA) en su Artículo 14 donde consta la siguiente máxima : “El establecimiento del límite máximo de captura por armador a que se refiere este título no constituirá derecho alguno en asignaciones de cualquier tipo que se efectúen en el futuro”. Queda claro por tanto que el otorgamiento de permisos de pesca, no constituye asignación de propiedad sobre los recursos pesqueros.
Ésta es sin duda una de sus triquiñuelas más sagaces, ya que mediante ella trata de confundir a la opinión pública, estableciendo una equivalencia entre peras y manzanas. Respecto a ello un senador manifestó que esto es “como si sacasen licencia de conducir, y por ello les regalasen un auto Mercedes Benz” (Camilo Escalona presidente de Senado). Pese a que no se trata una Legislación que entregue autos, sino seres vivos que viven precisamente en “estado bravío”, y de cuyas propiedades alimenticias y económicas dependen millones de personas no sólo en Chile, sino en el mundo entero, es que nos parece que el tema debiera ser tratado a fondo, por entendidos en la materia, que éticamente sean responsables en cuanto a establecer criterios de administración de nuestros recursos del mar y del mar mismo, buscando ante todo la protección de estos. Para ello pensamos, estos deben ante todo ser tratados como recursos naturales renovables, no como recursos minerales, aunque incluso éstos son tratados como vil dinero por acumular.  Se pueden, enumerar otras mentiras más, - recalca el dirigente - aunque estas parecen ser las medulares que sustentan un discurso de charlatanería y ambición irrefrenable por la ganancia como máxima de vida. Y sin duda alguna, podemos afirmar tras este contraste ideología-realidad que NADA BUENO PUEDE RESULTAR DE CUALQUIER INICIATIVA QUE TENGA COMO BASE DE SUSTENTO LA MENTIRA.
 Nota elaborada por Natalia Guerrero, en base a entrevista realizada al dirigente Cosme Caracciolo A. Pescador Artesanal, Padre de Luciano Caracciolo S, Pescador Artesanal. Hijo de Domingo Caracciolo P, Pescador Artesanal. Nieto de Cosme Caracciolo C, Pescador Artesanal.
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