jueves, 31 de diciembre de 2015

INUNDACIÓN EN CORRIENTES , EL DRAMA DE LOS EVACUADOS

 SOLICITAN ELEMENTOS DE LIMPIEZA, PAÑALES Y ALIMENTOS
Evacuados: al drama de estar lejos de sus hogares se suma la poca asistencia
CAPILLA. Es la única capilla donde reciben evacuados en Capital. (Fotos: Marcos Mendoza)
Familias que viven en la capilla del barrio Itatí dijeron que sólo reciben ayuda del sacerdote y en algunas ocasiones de la Comuna. Unas seis familias -con 15 niños en total- están viviendo en la parroquia ubicada en el barrio Itatí y algunas están hace un mes alojadas en este lugar por la crecida del río Paraná. En diálogo con El Litoral comentaron la necesidad de que acerquen asistencia a los evacuados en esta capilla, ya que muchas veces los camiones con donaciones llegan sólo a familias que aún permanecen en sus hogares.
“No se da a quienes necesitan, acá muy pocos se acercaron a preguntar por nosotros, el único que nos ayuda y nos trae para comer es el padre Aníbal y una vez a la semana la Municipalidad”, comentó a este medio una de las mujeres que viven en calle Amado Bonpland 230.
Al mismo tiempo señalaron que necesitan pañales para chicos, porque hay seis bebés en el lugar y una embarazada de siete meses. Además, vive un hombre que tiene problemas del corazón y el lugar requiere estar limpio, por ello pidieron artículos de limpieza.
Esta persona que estuvo internada en Navidad, requiere medicamentos que cuestan 500 pesos; uno de estos es Meprednisona.
“Estamos mal, hay muchos bichos y tenemos miedo de que los chicos se enfermen, hay muchos niños acá en la capilla y en el barrio”, contó una de las madres que hace un mes está fuera de su casa.
Los evacuados que dialogaron con este medio agradecieron el trabajo de cinco familias del barrio que están colaborando con ellos de manera voluntaria. Una de las personas que ayuda es Estela, quien hace la merienda para los alojados en este lugar y también para 150 chicos del barrio.
“Hacemos una olla común con lo que trae el padre; necesitamos, si pueden acercarnos, carne o pollo. Cocinamos para unas 25 personas. La mayoría vive de la pesca y ahora no se puede trabajar”, contó una de las mamás.
El rezo no falta en la capilla, ya que a las 14 todos oran para mejorar la situación actual.
“No podemos hacer mucho acá, sólo cuidamos a los chicos y estamos continuamente limpiando el lugar”, relataron.   Dentro de la capilla hay colchones y unas pocas camas, hay algunos niños que duermen sólo sobre un colchón en el piso. Las familias están separadas por balcones, todas bajo un mismo techo.
Tanto adentro como afuera había ropa colgada. También se pudo ver heladeras en el sector de cocina que improvisaron en la entrada de la capilla.
“Navidad fue muy diferente, no teníamos muchas cosas y Año Nuevo creemos que será igual”, comentaron a este medio. A su vez, una mujer expresó que “escuché que las radios están juntando cosas y queremos pedirles si nos pueden acercar algo”.

Los ventiladores poco hacían para mitigar el calor y las familias compartían en la tarde de ayer tereré en las escaleras de la capilla. Muy pocos pudieron rescatar algo de sus hogares. TOMADO DE EL LITORAL DE CTES AR 

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