domingo, 31 de enero de 2016

RECIFE BRASIL , MUCHA ANGUSTIA POR VIRUS ZIKA

 La "zona cero" del zika es pura angustia En Recife, se suman casos de bebes con microcefalia Alberto Armendariz Germana Soares, de 24 años, besa a su hijo Guilherme, de dos meses, afectado con microcefalia.Foto:LA NACION/Rafael Fabres
RECIFE.- Día a día, los casos de zika aumentan en Brasil, por donde el virus se introdujo en América. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre una epidemia que se propaga de manera explosiva por todo el hemisferio y amenaza al resto del mundo. En Recife, "zona cero" del brote de contagio, los hospitales se abarrotan de mujeres que ya estuvieron infectadas y, llenas de angustia, hoy enfrentan uno de sus más temidos efectos: que sus hijos padezcan microcefalia, una rara malformación del cráneo y el cerebro, supuestamente causada por el zika. "¿Tendrá algún retraso mental? ¿Podrá hablar y moverse sin problemas? Mis dudas aumentan todos los días... Lo único que quiero es que no sufra, que pueda salir con otros chicos a jugar, que pueda estudiar y desarrollarse como una persona de bien. Deseamos tener este hijo por más de dos años; no puedo creer que un mosquito nos haya puesto en este drama", se lamentaba Germana Soares (24), mientras sostenía en brazos y besaba a Guilherme, nacido hace dos meses con una cabeza más pequeña que lo normal. Un trabajador municipal fumiga en el bario Imbiribeira, Recife.
Foto: Reuters / Ueslei Marcelino  Como la mayoría de los cientos de madres que a diario hacen fila con sus bebes para ver a pediatras en el Hospital Oswaldo Cruz, o las embarazadas que acuden al Instituto Materno-Infantil de Pernambuco para someterse a innumerables exámenes prenatales, Germana contrajo zika durante del primer trimestre de embarazo por la picadura de un mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue y la chikungunya. La mayor parte de las afectadas también son personas de escasos recursos, que viven en zonas precarias, próximas a basurales y agua estancada donde las larvas del mosquito se desarrollan. Germana no tuvo fiebre, ni dolores de cabeza ni en las articulaciones, y los ojos no se le pusieron rojizos. Sí se le irritó la piel y sufrió fuertes ataques de comezón: en el pecho, la cara, los brazos, las palmas de las manos, las piernas y las plantas de los pies. "A los tres días ya no aguantaba más, la picazón era muy intensa. No lograba dormir, me la pasaba rascándome, tan fuerte que hasta me lastimaba. Me metía bajo una ducha de agua fría para calmarme pero no había caso", contó a LA NACION en su casa, en Ipojuca, una localidad a unos 50 km al sur de Recife. Finalmente acudió a la sala de emergencia de un centro médico y tras un análisis de sangre le diagnosticaron zika. Nunca había escuchado hablar de este nuevo virus, y como los doctores no se alarmaron, ella no se preocupó. Le recetaron los mismos analgésicos que le habían dado a su marido, Glecion Fernando (26), cuando se infectó con chikungunya; él sí padeció fiebre alta, dolores en las articulaciones y manchas por todo el cuerpo. A los pocos días los síntomas de Germana ya habían desaparecido y se olvidó del tema. "En esa época no se sabía lo que hoy sabemos...", dijo la ex agente inmobiliaria, que dejó su trabajo para cuidarse durante el embarazo y dedicarse a su tan ansiado hijo. Desde entonces, la familia se sustenta con el sueldo de Glecion, empleado en una agencia de turismo en la vecina playa de Porto de Galinhas. Identificado por primera vez en Uganda en 1947, el zika se expandió lentamente hasta Asia y tuvo fuertes brotes en Micronesia en 2007 y en la Polinesia Francesa en 2013. Los investigadores creen que ingresó en Brasil por medio de visitantes que vinieron al Mundial de fútbol de 2014 o a un campeonato de canotaje ese mismo año. A través del Aedes aegypti, que es bastante común en el Nordeste, el virus se extendió de forma rápida por toda la región, en la que predominan las lluvias y el calor, condiciones ideales para la propagación del mosquito. Al principio se confundían los síntomas del zika con los del dengue y la chikungunya, pero a fines del año pasado el nuevo virus se tornó especialmente peligroso cuando los médicos locales detectaron el presunto vínculo con el aumento de casos de microcefalia en bebes recién nacidos como Guilherme. "Toda la evidencia apunta a que hay algún vínculo entre el zika y los casos de microcefalia. El 70% de las madres de niños con microcefalia tuvieron cuadros compatibles con el zika en la gestación, y no sufrieron otras enfermedades infecciosas asociadas frecuentemente a la microcefalia (rubeola, toxoplasmosis, citomegalovirus)", explicó el médico clínico Carlos Brito, del Hospital de Clínicas de la Universidad Federal de Pernambuco e investigador de la Fundación Oswaldo Cruz. Las primeras alertas sobre el pequeño Guilherme sonaron a principios de noviembre. Un ultrasonido reveló que su peso (1,9kg) era mucho menor al esperado para entonces, y que había una diferencia de tamaño entre la cabeza y el resto del cuerpo. Cuando nació por cesárea, el 19 de noviembre, tenía 32cm de perímetro cefálico, justo en el límite de la microcefalia. "Lo vimos bien y quedamos felices", recordó Germana. Sin embargo, los estudios confirmaron que el zika -que pasó de la madre al hijo por la placenta- produjo calcificaciones en el cerebro. Ya instalado en su casa, empezó a tener convulsiones y espasmos. Desde entonces, Germana peregrina entre hospitales y consultorios. Al principio, de reojo miraba a los otros bebes con microcefalia y los comparaba con su hijo. Le han dicho que puede sufrir trastornos de desarrollo mental, problemas de visión, audición y coordinación motora. "No es que yo no lo acepte. Pero soy un hombre de fe y creo en que puede haber milagros", apuntó Glecion, quien compra CD de dibujos animados para estimular el cerebro de su hijo. Mientras tanto, Germana se aferra a un grupo de apoyo de mujeres en la misma situación llamado Madres de Ángeles Unidas.
Su lema es: "Somos guerreras, batalladoras sin igual; luchamos por un ángel, un ángel especial"
Su magnitud en cifras
500.000 Casos de zika en 2015
Es el piso calculado por el ministerio de Salud brasileño; 1,5 millones, el máximo
4180 Casos notificados de presunta microcefalia
Los confirmados son 270 y 462 los descartados
3607 En la región nordeste

Son los casos de presunta microcefalia por zika. Es la región con más cantidad – TOMADO DE LA NACION DE AR 

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