jueves, 26 de mayo de 2016

INVERSIONES MEJORAN PRODUCCIÓN DE ARROZ EN CUBA

 Los frutos de la inversión en la industria arrocera de Cienfuegos
Aumento en la calidad y el volumen de las producciones son resultados perceptibles del proyecto
inversionista emprendido en la UEB La Pa­quita
Autor: Julio Martínez Molina |  El nuevo molino y la base de silos de 3 000 toneladas fueron los primeros objetivos fabriles concluidos en un proceso inversionista que entra en su recta final en el 2016. Foto: Julio Martínez Molina
CIENFUEGOS.—Quien viera, tres años atrás, cuánto era entonces el secadero La Pa­quita y aprecie cuánto es hoy la unidad em­presarial de base (UEB) del mismo nombre —co­razón de la industria arrocera en la pro­vincia—, quedaría muy impresionado por el positivo vuelco transformador operado aquí, merced a una millonaria inversión em­pren­dida con celeridad y loables resultados.
Gracias a dicho proyecto inversionista, con base en la citada UEB enclavada en Agua­da de Pasajeros, la empresa Agro­in­dustrial de Granos de la provincia ha asegurado la estabilidad de una industria de este tipo, el aumento en la calidad y volumen de las producciones, la mejor atención a las demandas tecnológicas de los productores y la añorada suficiencia tecnológica.
Lo anterior lo considera Michel Castillo Vera, director industrial de la referida Em­presa, quien recuerda que esta era una industria que dependía totalmente de Matanzas para su funcionamiento, y que en La Paquita solo se contaba con un viejo molino fabricado en 1948.
“Antes nos veíamos en la obligación de trasladar el arroz de Cienfuegos hasta Ma­tanzas (Hoyo Colorado o Jovellanos, indistintamente), de cara a cuyo procesamiento incurríamos en elevados gastos por concepto de combustible, transportación y mermas del grano. Eso está eliminado del todo”, complementa.
“Hoy, gracias a la inversión en marcha, ya poseemos un molino capaz de procesar cinco toneladas por hora y una moderna base de silos de 3 000 toneladas de capacidad. De igual modo, se está montando un secadero de 56 toneladas (el cual se agregaría a uno ya existente) y ese será el cierre de ciclo aquí en la UEB La Paquita, núcleo de la industria arrocera de Cienfuegos”, significa el directivo.
Yosvany Vera Pérez, director de la UEB, indica que de la inversión arrancada a finales del 2013 ya resta la construcción civil del secadero de 56 toneladas, el cementado del patio de la unidad, un almacén general de insumos a construirse detrás del ya existente, la construcción de las áreas
exteriores y terminación del edificio socio-administrativo.
El producto procesado descuella por su calidad y limpieza. Foto: Julio Martínez Molina
En estos momentos, el proceso inversionista marcha cerca del 80 % de ejecución general, puesto que los compromisos fabriles de mayor envergadura ya fueron levantados, sin restar la debida importancia a las obras por acometer o finalizar.
Desde el punto de vista productivo, económico y de la calidad del producto terminado, el molino en funcionamiento aquí desde el 2015 no solo beneficia a la em­pre­sa, sino a la población, pues el arroz antes comercializado en Cienfuegos era molinado por los mismos productores (los campesinos), no siempre con la calidad debida.
Carlos Rodríguez, operador del molino y Ariel Campos, estibador, resaltan la calidad del grano ensacado ahora en la UEB, tanto como el óptimo rendimiento industrial de un enclave de significación estratégica para los planes de progresiva y escalonada suficiencia nacional en su producción del grano.
Los molineros de La Paquita sacan de estas máquinas alrededor de 110 toneladas diarias del importante renglón alimenticio, cuyo origen agrícola se encuentra en una base campesina que integra a cerca de 900 productores individuales de alrededor de unas 60 formas productivas dedicadas al cultivo.
Los 134 obreros de la UEB laboran de forma ininterrumpida, en tres turnos de ocho horas diarias, sabedores de la significación social y utilidad de su quehacer. Lo hacen con las condiciones tecnológicas garantizadas (las máquinas brasileras Zaccaría optimizan las dinámicas fabriles) y una correcta atención al hombre, tendente a impulsar la productividad en la jornada laboral.
Cual resultado de lo anterior, el índice de estabilidad es muy alentador aquí, como igual sucede en la mayor parte de los grandes objetivos industriales de Cienfuegos.
El proceso inversionista de La Paquita, a un monto de 14 millones de pesos, moneda total, es otra muestra más de cuánto garantiza siempre, en términos de confiabilidad y resultados, emprender una tarea con visión, sentido colectivo de la responsabilidad y ajustada a los cronogramas de ejecución.  TOMADOD E LA GRANMA DE CUBA


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