viernes, 28 de marzo de 2014

ARSÉNICO PASIVO AMBIENTAL EN CHILE


 El Arsénico: Uno de los mayores pasivos ambientales de Chile
La fuerte expansión de emprendimientos mineros ubicados en las regiones centrales de Chile está incrementando el riesgo de exponer a las zonas más densamente pobladas del país ante este contaminante.
Por Patricio Rodrigo. Director Ejecutivo en Corporacion Chile Ambiente
Hace un tiempo la opinión pública fue impactada por el anuncio respecto a los niveles de arsénico encontrados en la población de Valle Grande, Comuna de Lampa, los cuales superan con creces las normas establecidas. Algo que era propio del Norte Grande, hoy está a las puertas de Santiago sin que exista conciencia de la ciudadanía sobre el tema y menos una política pública para dar solución al problema
El arsénico es un elemento natural ampliamente distribuido en la corteza terrestre. Este elemento puede entrar al agua a través de efluentes de lluvia o en el agua que se infiltra a través del suelo. La Organización mundial de la salud (OMS) establece niveles estándares de exposición máxima a este agente contaminante recogido a partir de numerosas investigaciones.
La actividad minera representa una de las principales actividades  comerciales y laborales del país. Personas de todo el país van a trabajar a en las empresas mineras debido a los niveles de renta que obtienen de dicho trabajo. Sin embargo esta industria emite residuos de material estéril rico en arsénico y otros minerales, lo que afecta tanto al medio ambiente como a los trabajadores y residentes de las zonas mineras.
Este elemento ataca sin distinción a casi todos los órganos del cuerpo humano, bloqueando las reacciones enzimáticas de amplia distribución. Las principales enfermedades producidas al tener contacto con este agente contaminante tienen relación con la piel. El arsénico puede provocar cáncer en la piel y pulmón, que son causados por la inhalación del mineral y una exposición crónica. Mientras más pequeñas sean las partículas, mayor será el daño que producirán en las vías nasales, tendrán una mayor accesibilidad al organismo, y su proceso de fusión con el organismo será más rápido que el de una partícula más grande. También se han registrado casos de cáncer a la vejiga, hígado y riñón. Las enfermedades de un perfil más grave producidas por el contacto al arsénico son de carácter crónico, ósea que sus secuelas se producen por una relación cotidiana entre personas y el agente contaminante, por lo que los efectos nocivos se dan con la gente que vive o tiene constante relación con el material.
Debido a la magnitud de los efectos sobre la salud humana, la US Environmental Protection Agency(EPA) ha establecido límites para la cantidad de arsénico que las industrias pueden liberar al ambiente y ha restringido o cancelado muchos de los usos del arsénico en plaguicidas. La EPA ha establecido un límite de 0.01 parte por millón (ppm) para arsénico en el agua potable.
Por su parte la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) ha establecido un límite de exposición permisible para arsénico en el aire del trabajo de 10 microgramos de arsénico por metro cúbico de aire (10 µg/m3) durante una jornada de 8 horas diarias, 40 horas semanales.
Actualmente en Chile no existe una adecuada plataforma de información sobre las líneas de base respecto al arsénico, su localización, concentraciones, acumulación de residuos, entre otros, son datos difíciles de obtener. Hoy son más las interrogantes que respuestas las que se encuentra en las políticas y la institucionalidad pública respecto al tema. Es más, se ha eludido sistemáticamente de priorizarlo en la política y legislación ambiental. Quedó claro este lineamiento luego de la prematura eliminación en 1994 de la norma de calidad ambiental de arsénico aprobada en 1993, que el presidente Frei derogó para estudiarla con mayor profundidad, estudios que al parecer aún continúan después de casi 20 años.
Resulta contradictorio que uno de los países que seguramente acumula la mayor cantidad de desechos de arsénico del mundo, no tenga una política pública al respecto. En especial si se considera que este aumento esta asociado a la producción de cobre, tanto por el aumento de producción total del mineral, como por el aumento en los niveles de arsénico en las rocas donde se trabaja.
También constituye un abandono de deberes por parte del Estado que no se sepa y no se informe sobre las amenazas y precauciones que debe tener la ciudadanía, como también sobre los lugares de acumulación de residuos peligrosos de arsénico, los cuales pueden afectar a la población y los acuíferos subterráneos.
 Vías de acceso a la persona y efectos en la salud
La vía alimenticia es una de las principales vías de propagación de enfermedades relacionadas al consumo del arsénico. El riesgo está presente al consumir alimentos como los mariscos, arroz, rábanos, lechuga, champiñones, verduras, y vino. Hay alimentos que también contienen un porcentaje de arsénico en su estructura, pero al ser cantidades pequeñas y su consumo ocasional, el riesgo de enfermarse a causa de ellos bajo. Cabe destacar que al estar en contacto con este agente contaminante por vía alimenticia, el contagio no es inmediato, es decir, es cronológico. Depende mucho del porcentaje del mineral que contenga el alimento, pero de todas formas es un contagio que se arrastra a través del tiempo.
El agua es un elemento de vital importancia en nuestras vidas. Muchas ciudades del norte de Chile como Calama, Arica, Iquique y Antofagasta, tienen gran porcentaje de su recursos hídricos contaminados por arsénico. Por ello, en muchos casos, la gente opta por consumir agua envasada para evitar cualquier tipo de contaminación. Es tal el nivel de presencia del metaloide en el agua nortina, que en algunas localidades es posible apreciarlo a simple vista al depositar agua en un vaso. La contaminación por vía hídrica, es una de las que más afecta a la gente que reside en el norte de Chile, esto porque las fuentes, desde donde se abastecen las empresas de distribución para la población, naturalmente presentan niveles elevados. A causa de esto deben someter el agua a procesos de purificación.
La vía aérea del arsénico en niveles más altos de lo normal por lo general ocurre en lugares de trabajo que están cercanos a depósitos de desechos que contienen este mineral o cuando interactúan con el metaloide directamente como en la minería. En estos casos la propagación del elemento es más expedita y el grado de afección depende mucho del tamaño de los residuos. Mientras más pequeñas sean las partículas, será más fácil que estas ingresen al organismo, lo que puede llegar a ser fatal. En otros casos la contaminación por vía aérea puede producir el aparecimiento de callos, verrugas en las palmas de las manos y pies y problemas a la garganta. La vía respiratoria es la forma más fácil de contagio.
La vía de contacto directo está muy ligada a la respiratoria, porque por lo general quienes en su trabajo tienen un contacto directo de manipulación con este elemento son más propensos a contraer un cáncer o problemas de salud por lo general a la piel. La exposición por contacto directo está presente mayoritariamente en los lugares de trabajos por lo que al trabajar en un ambiente expuesto se hacen vitales medidas de protección preventivas como mascarillas guantes y trajes, reguladas por normativas de la seguridad del trabajo y salud.
Según los especialistas las enfermedades neurológicas principales que puede ocasionar el arsénico son: neuropatía periférica, también hay casos en los que una exposición mayor produce una encefalopatía, que se caracteriza también por adormecimientos cerebrales, calambres musculares, sensibilidad muscular y sudoración en las extremidades, lo que si no es tratado a tiempo, puede desembocar en enfermedades más graves como tumores e infartos cerebro vasculares.
Los efectos dérmicos, comienzan con una pigmentación de la piel. Una queratosis benigna se puede transformar en una queratosis maligna, desembocando en una hipermentacion y cáncer de piel, hiperqueratosis que puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, por ejemplo: en axilas, ingle, cuello, parpados, pezones y sienes.
Los efectos respiratorios son lesiones inflamatorias y erosivas en la mucosa respiratoria, las cuales podrían llegar a provocar una perforación en el tabique nasal. El cáncer al pulmón frecuentemente se produce por una exposición al arsénico en trabajadores de fundiciones y ciudades mineras. Estas enfermedades por lo general afectan el sistema hematopéyico.
En efectos reproductivos se destacan los abortos espontáneos, malformaciones genéticas y daño cognitivo. Estos efectos son irreversibles, ya que un lactante que nace con una malformación, siempre tendrá secuelas adversas, aunque se someta a tratamientos y terapias, su recuperación jamás será completa, es decir, su padecimiento será de por vida.
La Situación del Norte y de la Zona Central de Chile
La contaminación por arsénico es un problema que afecta a la zona norte de nuestro país desde hace décadas por dos razones. En primer lugar la zona es naturalmente elevada en niveles de arsénico, encontrándose en el aire, agua y suelos. Esta contaminación natural afectó, por ejemplo, a la ciudad de Antofagasta y sus alrededores entre los años 1958 y 1970, periodo durante el cual se utilizaron ríos que se originaban en la cordillera de los andes para el suministro de agua potable de la zona y que naturalmente presentaban altos niveles de concentración de arsénico, enriquecidos además por las emisiones mineras. Durante este período los habitantes de la zona consumieron diariamente agua con 870 microgramos de arsénico por litro, medida que sobrepasa casi 90 veces el estándar que permite la (OMS) de 10 microgramos por litro.
Posteriormente las autoridades de la región corrigieron el error instalando una planta de tratamiento contra arsénico, sin embargo estos años de exposición tuvieron como consecuencia que la mortalidad por cáncer de pulmón fuera 3 veces superior que en un área libre de contaminación, como también elevadas cifras de personas con cáncer estomacal y de vejiga. El periodo de riesgo se ha extendido ya por más de 20 años incluso después de comenzar a tratar el agua contra este elemento nocivo.
Es esta zona y sus proyectos de gran y mediana minería, la que aporta gran parte del cobre que se produce en el mundo. Sin embargo la industria del cobre utiliza la técnica de fundiciones para la obtención de casi el 90 por ciento del total del cobre de la zona. Esta manera de extracción es un proceso altamente contaminante produciendo emisiones de material particulado y arsénico en las etapas de fusión y conversión, aportando así grandes niveles de contaminación al medio ambiente, particularmente al aire y el agua.
Esta contaminación emanada por la industria minera recae sobre la población local afectando su salud y aumentando peligrosamente el riesgo de padecer alguna de las enfermedades producidas por el contacto permanente con el arsénico.
La fuerte expansión de minas ubicadas en las regiones de Valparaíso, Metropolitana de Santiago y del Libertador Bernardo O’Higgins, sin duda está incrementando los riesgos de que la contaminación de arsénico llegue a las zonas más densamente pobladas del país. La aparición del arsénico en al agua potable obtenida de pozos profundos en Lampa, es un indicador que sugiere que los tranque de relave ubicados en la Región Metropolitana de Santiago están lixiviando el arsénico a las napas freáticas que abastecen a la población y al regadío.
¿Qué debe hacer Chile para enfrentar el problema del Arsénico?
Lo primero que debería hacer el país con el tema del arsénico, es transparentarlo al máximo. Por proteger la imagen de la industria minera no podemos hacernos los desentendidos ante un problema que requiere a la brevedad una estrategia clara para enfrentarlo.
Las miles de toneladas de arsénico liberadas por la actividad minera en varias regiones del país, constituyen una amenaza permanente para la salud de la población, la que debe esta informada de la situación y de las medidas que debe tomar. Desde las personas expuestas en zonas saturadas, hasta los habitantes en la cercanía de depósitos y relaves con arsénico, tienen el derecho a conocer lo que pasa con este contaminante en su medio ambiente.
Tampoco es serio que un país minero con los volúmenes de cobre exportado, aún no tengamos norma de calidad de arsénico. Algunos elementos básicos para los objetivos de una política nacional del arsénico son:
1- Transparencia: Dar a conocer las líneas de base del arsénico a nivel nacional y distinguir cuando se trata de contaminación natural y cuando esta se ve incrementada por la acción del ser humano.
2- Responsabilidad: Quienes producen los agentes contaminantes deben ser responsables del abatimiento y de los daños eventuales que produzcan.
3- Educación: El pilar de toda política es educar a la comunidad sobre el problema para que tome los resguardos necesarios.
4- Difusión y Cultura: El Estado tiene el deber de informar a la población en general y contribuir a la formación de una cultura nacional que sepa como coexistir con el arsénico.
5- Investigación: Si no se conocen los datos duros del problema, no es posible elaborar una buena política pública, para lo cual la investigación es imprescindible.
6- Prevención y control: Siempre es mejor prevenir que curar, por consiguiente las empresas que administran riesgos por el arsénico deben cumplir toda la normativa al respecto y además ser fiscalizadas oportunamente por entidades competentes que dispongan de los recursos para tal efecto.
7- Participación social: La comunidad debe participar en las decisiones que se tomen sobre el tratamiento y disposición del contaminante y poder ejercer acciones en defensa de su derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
8- Ordenamiento Territorial: Todos los territorios del país, especialmente las zonas mineras, deben aplicar políticas de ordenamiento territorial para garantizar que la ubicación de las zonas de acumulación del tóxico elemento sean lo suficientemente seguras TOMADO DE EL DESCONCIERTO SUGERIDO EN BOLETIN GAL 

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