domingo, 22 de junio de 2014

MINA DE CARBÓN INUNDADA , TRAGEDIA EN PUERTA


Por este túnel sale el agua que extraen 12 motobombas de la abandonada mina El Silencio, de Industrial Hullera, en liquidación desde 1997. Ya fue ordenado cierre de minas cercanas FOTOS HENRY AGUDELO La tragedia inminente y sin salida en Industrial Hullera . No hay quien dé solución efectiva para lograr el cierre requerido a gran mina de carbón inundada en Amagá.
Por JUAN FERNANDO ROJAS T. Luego de recorrer 150 metros desde la superficie, se encuentra la
orilla de la inundación subterránea que amenaza con otra tragedia a Amagá, en el suroeste antioqueño. El calor se intensifica al avanzar por el túnel de la entrada "3:1" de la cerrada mina de carbón El Silencio, cerca de las instalaciones abandonadas de Industrial Hullera, en la vereda La Ferrería. El temor aumenta al ver las paredes húmedas de ese camino iluminado por la pequeña luz del casco que alcanza a mostrar un ducto de aire y otras mangueras de energía. El aire se hace pesado y no es fácil respirar por el olor hediondo de los gases emanados por mantos de carbón. Mientras se avanza, sube el volumen del traqueteo de unas precarias motobombas. En total son 12 y sacan por minuto unos 5.300 litros de aguas pesadas y ferrosas. Otro intento de contener la inundación, como lo han hecho las 24 horas desde abril de 2008. Desde entonces, al frente de esa vital tarea está José Henry Ávila Segura, exempleado de Industrial Hullera en una labor que subvenciona Argos. Esta cementera, junto a las textileras Fabricato y Coltejer, son los accionistas mayoritarios de la extinta minera que hoy ajusta 16 años, 7 meses y 18 días de infructuosa liquidación. Sobre ese dilatado proceso El Colombiano intentó contactar a Adrián Osorio Lopera, liquidador delegado, pero no respondió mensajes dejados en su oficina y celular. Esto, luego de una venturosa historia que se comenzó a escribir en 1939, en que llegó a extraer 2.500 toneladas de carbón al día, a emplear a más de 500 mineros y que terminó en ruina, 58 años después, ahogada por los sobrecostos y la competencia informal. Esa herencia la intentaron recuperar fallidamente más de 400 amagaseños con la empresa Mineros Unidos. Entre 1998 y 2007 administraron los activos hasta que abandonaron cuando ya amenazaba la inundación subterránea. La "bomba de tiempo", como la llamaron los artículos de prensa de la época, comenzó a contar.  Y ahora, en otro túnel, por donde salen las aguas que van a parar a la quebrada La Clara, Henry explica que la inundación se tragó, en más de 7 kilómetros de túneles interconectados, una maquinaria que en 2007 fue avaluada en 5 mil millones de pesos. Eso sería la mitad, según una de las propuestas en estudio, de lo que costaría el cierre técnico de las minas El Silencio y Villa Diana para mitigar cualquier riesgo en la zona. Un paso indispensable que por falta de plata y prelación de pagos en la liquidación no se hizo ni en 1997, ni 10 años después. Tampoco ahora hay luces de que ocurra.
  ¿Y quién debe de actuar? El 14 de mayo pasado, la Superintendencia de Sociedades, a cargo de la liquidación, ordenó que la "autoridad minera competente" se haga cargo del cierre, en este caso la Gobernación de Antioquia. Pero la secretaria de Minas, Claudia Cadavid Márquez, advirtió la semana pasada que no recibirá el título minero de Industrial Hullera hasta que no se haga el debido cierre técnico. "Si no se cierra debidamente estas unidades mineras producen unos gases metano asociados a manto de carbón y puede producirse una explosión mas rápido de lo que nos esperamos", advirtió la funcionaria (ver ¿Qué sigue?). De regreso por el estrecho túnel por el que hasta hace siete años salían vagones repletos de carbón, Henry menciona que estudios previos han calculado en 120 mil metros cúbicos la cantidad de agua contenida por la mina abandonada. Haciendo cuentas, ese mar enterrado equivale a lo que consumen de ese líquido cerca de un millón de medellinenses en un día.  Por eso hoy la amenaza latente es mayor para cerca de 500 amagaseños que arañan carbón en 23 minas informales, y que a la semana pueden extraer unas 2 mil toneladas de carbón. Cualquiera de ellos pueden con sus picos romper en la pared equivocada y la inundación arrastrarlos junto a sus compañeros, el terreno se desestabilice y la tragedia sea peor. "Ojalá no ocurra lo que tanto tememos, porque si la inundación se extiende por debajo de la cota actual, ahí no queda más que poner las cruces en la bocamina, no habría forma de rescatar los cuerpos", sentencia Carlos Mario Usma, director Ambiental y Minero de Amagá, desde el otro lado de su sencillo escritorio en el primer piso de la Alcaldía.  Y mientras no se sabe quién pondrá la plata para llevar a cabo cuanto antes el cierre técnico, así sea tardío, en Amagá se dividen las opiniones entre los mineros que consideran que deben ser las tres compañías matrices de Industrial Hullera, "ellos fueron los que más carbón sacaron de aquí" y los que reclaman al "Gobierno de Bogotá", que de una buena vez, "meta mano en este problema".
"Los últimos gobiernos se han pasado esta papa caliente y ninguno actúa, pero seguro harán algo cuando sea tarde y se repitan los 86 muertos de Industrial Hullera de 1977 o los 72 de San Fernando de hace cuatro años", hace memoria Ómar Arango, quien trabaja en el mantenimiento de las motobombas en uno de los talleres de Industrial Hullera. La tragedia por venir
Pero la otra mitad del problema está en la superficie. A la Alcaldía, por obligación legal, desde el 10 de junio hasta ayer le tocó notificar de cierre a los propietarios de 14 minas informales. Desde mañana hasta el viernes hará lo mismo con otras nueve en inmediaciones de Industrial Hullera.
"El cierre administrativo de esas minas no es la solución adecuada, qué se van a poner a hacer a esos 500 mineros, para dónde vamos a llevar a toda esa gente, el problema social será enorme. Estamos maniatados, porque si no hacemos el cierre, luego nos investigan por omisión", reconoce con impotencia el mismo director Minero de Amagá.

Por eso el malestar aumenta en este pueblo, del tema se habla en la Plaza de Mercado, en el marco del parque, la preocupación es latente. Nadie allí se imagina sin oficio a la sexta parte de los mineros que hay en Amagá, sin recibir pago para llevar comida a sus casas. Por eso Emilio Herrera Giraldo ni su esposa han podido dormir con tranquilidad en las últimas dos semanas. Él es socio de la mina El Trapiche, que abrió con Héctor Taborda hace 12 años y que "metió papeles a la Gobernación para formalizarse" desde 2009. Pues a esa mina, aún informal, que dicen sus dueños le han invertido 500 millones de pesos en mejoras en el último lustro, emplea a 28 personas y saca 180 toneladas de carbón a la semana, fue una las primeras en recibir la orden de cerrar. "Nosotros apelamos la decisión, ya pusimos abogados en eso, los trabajadores están angustiados. Es que no entendemos por qué nos van a cerrar si no tenemos problemas de aguas y estamos por fuera del título minero de Industrial Hullera", reclama Ómar.  Por su parte, Héctor señala que si el problema es la inundación, varios de los mineros de La Ferrería están dispuestos a aportar parte para abrir ese túnel que ayude a desaguar El Silencio, que unos calculan en 300 metros y otros en 800.  "Vea, joven, entienda que todo Amagá es minero, el carnicero es minero, el tendero es minero, el del restaurante es minero, y si nos cierran, todo el pueblo es el que sufre", sentencia Héctor.

Y mientras que Ministerio de Minas, Agencia Nacional de Minería, Gobernación de Antioquia y Alcaldía de Amagá se ponen de acuerdo en qué salida real y oportuna darle a este alto riesgo readvertido por la Supersociedades, los días pasan y los amagaseños esperan que la solución no llegue demasiado tarde.
DICEN DE...
Cementos argos financia el bombeo
Por iniciativa propia, Cementos Argos ha financiado desde 2008, mediante préstamos, el bombeo de la mina abandonada El Silencio, de Industrial Hullera, en liquidación, y a cargo de la Supersociedades. La cementera lo hace como parte de su responsabilidad social, toda vez que heredó de la entonces Cementos El Cairo la participación de 37% en la sociedad que hoy está a cargo de la Supersociedades. Frente a la situación crítica por la inundación de la mina, María Isabel Echeverri, directora de Sostenibilidad de Argos, dijo a este diario que se ha prestado a Hullera diferentes estudios técnicos sobre posibilidades de cierre técnico de la mina y arrojan que requieren cuantiosos recursos. Agregó que cuando “se materialice la cesión de bienes y se cierre la liquidación, que esperamos sea pronto, en ese momento dejaremos de aportar para el bombeo y será responsabilidad del Estado, como dueño de los recursos del subsuelo, el manejo que se dé a esos bienes”.
¿QUÉ SIGUE?
Secretaría de minas toca puertas...La Gobernación de Antioquia, como autoridad delegada de minas, está pendiente de la respuesta que le dé la Agencia Nacional de Minería (ANM) a la solicitud de delimitación de una Zona de Reserva Especial que cobijaría el área del titulo minero de Industrial Hullera y la universidad Eafit entregará en mes y medio un diagnóstico que incluye un levantamiento topográfico para valorar el riesgo real en las minas abandonadas. Entre tanto, sobre quién debe asumir el costo del cierre técnico en Hullera, la secretaria de Minas de Antioquia, Claudia Cadavid se limitó a responder la semana anterior que “para nosotros es un problema como autoridad minera. Por eso estamos tocando puertas en el Ministerio (de Minas), con las empresas que son socias de este titular minero para que, efectivamente, haya cierre técnico. La situación actual del titular minero (Industrial Hullera) no le permite hacer solo el cierre técnico, pero con una alianza público-privada se puede hacer un desarrollo importante para la zona”.
EN DEFINITIVA
El caso de Industrial Hullera evidencia la incapacidad de las distintas autoridades del tema minero para actuar de forma oportuna ante un problema del que sabe Amagá desde hace 17 años. TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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