domingo, 23 de noviembre de 2014

COP 20 - borrador de posición de CAN LA sobre adaptación


Posición Adaptación CAN-LA (BORRADOR)
Climate Action Network Latin America (CAN-LA) es el Nodo Regional de Climate Action Network International (CAN-I) en la región geográfica de América Latina y el Caribe. CAN-LA se compone de organizaciones no gubernamentales independientes en la lucha contra los efectos nocivos del cambio climático. La red basa su trabajo en la confianza, apertura democrática y equidad de sus miembros.
La región de Latinoamérica y el Caribe es las más biodiversa del mundo, es una región que contiene grandes recursos naturales y al mismo tiempo, es una de las regiones más vulnerables del planeta ante el cambio climático. El quinto informe del IPCC es claro, cuantas más demoras haya en mitigar los gases de efecto invernadero, mayores y más devastadores serán las consecuencias; por ende se hará más costoso el proceso de adaptación, y finalmente será sumamente difícil lograr la erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria y el bienestar de las sociedades.
El Cambio Climático atenta contra la biodiversidad latinoamericana y su gente; es por eso que los gobiernos de nuestra región deben tomar las medidas necesarias para poder afrontar los nuevos escenarios climáticos que vendrán, defender los recursos naturales, y hacer valer en las negociaciones lo que es verdaderamente necesario para que todos los países del mundo puedan adaptarse.
Hay más de 40 países de Latinoamérica y el Caribe en la CMNUCC, y todos tienen mucho en juego a la hora de decidir sobre el futuro régimen climático. Por eso, los representantes de la sociedad civil unidos en CAN-LA presentan su visión y una serie de propuestas para el compromiso que los países puedan acordar en Lima y más allá en materia de adaptación.
Es importante que la adaptación al Cambio climático tenga la misma relevancia para los países que la dada a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las acciones de adaptación deben ser incrementadas inmediatamente en todos los países, y el apoyo financiero debe estar disponible para la misma.
Sobre el balance entre mitigación y adaptación
Es crucial que las medidas para el futuro tengan un correcto balance entre los esfuerzos de mitigación y las necesidades de adaptación. Esto podrá contribuir de una manera más comprensiva a abordar la problemática.
La ciencia nos dice que la adaptación es obligatoriamente necesaria, y si para el año 2030 no se toman las medidas necesarias, los costos de adaptación podrían multiplicarse de manera notoria. Cualquier negociación de adaptación dentro del nuevo acuerdo tiene que considerar la flexibilidad de incrementar los esfuerzos de apoyo a la adaptación en el tiempo, entendiendo que si la ambición en la reducción de emisiones no es suficiente, el esfuerzo de adaptación (y eventualmente las pérdidas y daños) será mayor.
La opción de incorporar la adaptación en las contribuciones nacionalmente determinadas (INDCs) podría ser una manera de elevar el perfil de la adaptación en el régimen climático post 2020. Pero es importante destacar que hacerlo no debiera ir en detrimento de las acciones de adaptación ya existentes (NAPs, NAPAs, etc).
Sobre el apoyo para adaptación
Las contribuciones nacionalmente determinadas del nuevo acuerdo deben incluir la adaptación de los países y, en donde sea necesario, incluir los requerimientos de implementación que conduzcan a lograrla.
Al hablar de distribución financiera es importante mantener el concepto de equidad, es decir, considerar la necesidad de los países, el riesgo que presentan y la vulnerabilidad que tienen, entre otros factores, para determinar una repartición proporcional y justa de los recursos para que los países que verdaderamente necesitan apoyo puedan adaptarse de la manera mas apropiada.
Los países con mayor responsabilidad y capacidades deben contribuir a los fondos Verde y de Adaptación; en ambos casos se trata de fondos que aún no tienen la suficiente cantidad de dinero y que son cruciales para cualquier medida que se quiera tomar para el futuro. Es sumamente importante que todo apoyo financiero sea adicional a las obligaciones que los países ya tienen y que además provengan de fuentes públicas; que sean predecibles, y que escalen progresivamente a los 50 mil millones de dólares hacia el año 2020.
Sobre un Objetivo Global de Adaptación
A la hora de considerar objetivos vinculados a las INDCs, la idea de tener objetivos globales de adaptación es puede ser una buena opción.
Establecer objetivos globales de adaptación vinculados a diferentes escenarios de temperatura global, por ejemplo, podría proveer una herramienta para comparar esfuerzos en diferentes países y niveles de apoyo otorgados para alcanzarlos.
Por supuesto, un objetivo de este calibre necesitaría tener una revisión periódica que asegure que los países están, o no, en camino de la meta propuesta. Borrador , enviado en red foroba 

No hay comentarios: