lunes, 29 de febrero de 2016

XENOFOBIA DE TODOS LOS DÍAS

 La xenofobia nuestra de cada día - Sergio Cáceres Mercado - Esta semana que terminó, el futbolista Óscar Romero y la periodista Yolanda Park tuvieron un papel destacado en las noticias y redes sociales. Romero, en pleno partido contra Bolívar, pidió a la hinchada de Racing que no cantara un estribillo xenófobo contra bolivianos y paraguayos. Park, por su parte, fue nominada como una representante destacada entre las mujeres paraguayas y por eso recibió ataques xenófobos porque no la consideraban una "auténtica" paraguaya. Los paraguayos sufrimos xenofobia todo el tiempo. Al cruzar la frontera de los países vecinos ya podemos percibirla en ciertas ocasiones. Brasil y Argentina son los países donde es más fuerte el rechazo a los compatriotas. Por lo tanto, no es necesario que viajemos tan lejos, Europa o Estados Unidos, para que seamos marcados por nuestra condición extranjera. Con nuestros vecinos nos basta. Este histórico desprecio sin embargo nunca sirvió para que empaticemos con los que son extranjeros para nosotros. Al contrario, somos igual o peor de xenófobos como cualquier otro. Tenemos listas también nuestras canciones contra los vecinos, especialmente bolivianos y argentinos. El brasileño a veces se salva, pero si es de descendencia africana, ahí salta nuestra xenofobia mezclada con el peor racismo. Hasta de la Guerra de la Triple Alianza nos acordamos, como si nuestros contemporáneos tuvieran que ver con aquel oprobioso suceso. Con nuestros vecinos nos basta. Este rechazo al que no comparte nuestra cultura es tan fuerte que las políticas educativas nunca alcanzan. Sin embargo, esto no quiere decir que no funcionen; la conciencia de que la xenofobia es negativa en todo sentido está instalada en muchísima gente, y esta idea solamente pudo provenir de campañas concientizadoras. Pero no hay duda de que debemos incrementar tales campañas; al menos en Paraguay son prácticamente inexistentes y ya vemos que son más que necesarias. De aquel famoso intercambio epistolar entre Umberto Eco y el cardenal Martini, hay una carta donde Eco toca el tema de la xenofobia. La misma la publicó aparte en su libro sobre moral. Recuerdo muy bien una idea semiótica que le proponía a Martini: que reconozcamos en el otro como semejante lo que en realidad somos a partir de los signos gestuales, aquello que nos hace humanos y hermanos, una sonrisa, el llanto, la risa, las miradas, un abrazo, etc. Fernando Savater propone algo muy similar en su obra El valor de educar: por encima de la envoltura cultural que nos define como humanos, hay una sicobiología que nos hermana y que debe ser el objetivo de una educación más abierta. TOMADO DE ULTIMA HORA DE PY 

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