domingo, 11 de junio de 2017

LA VACUNACIÓN ES LA PRINCIPAL ALTERNATIVA DE FUTURO EN EL CONTROL DE LA NEOSPOROSIS


La vacunación es la principal alternativa de futuro en el control de la neosporosis, “fundamentalmente en aquellas explotaciones con prevalencias altas”, manifestó el doctor Luis Miguel Ortega, de la Universidad Complutense de Madrid, España, durante su exposición en el Simposio de Clínica y Salud Animal, de la edición 45ª de las Jornadas Uruguayas de Buiatría.
Manifestó que en la actualidad, el desarrollo de vacunas frente a la neosporosis “es un campo en el que se está trabajando intensamente”. En este sentido, existen ciertos puntos que “deberían contemplarse a la hora de diseñar una vacuna”, precisó: si esta pretende proteger frente al aborto o frente a la transmisión vertical; la eficacia de la vacuna tanto en ensayos experimentales como en pruebas de campo; seguridad de la vacuna y posibilidad de diferenciación entre animales vacunados e infectados mediante el empleo de una técnica diagnóstica sencilla.
Indicó que el empleo de vacunas vivas atenuadas ha mostrado resultados prometedores de protección frente al aborto en infecciones experimentales en ganado bovino. Sin embargo, ninguna vacuna viva ha llegado al mercado probablemente debido a desventajas inherentes como la preservación y seguridad del parásito, incluido el riesgo de reversión a la patogenicidad.
Aclaró que la aplicación de tecnologías innovadoras (vectores vacunales actuales e innovadores e inmunomoduladores, vacunas DIVA, coadyuvantes eficientes) “en modelos de animales experimentales armonizados acelerarán el desarrollo de una vacuna eficaz frente a esta importante enfermedad de los bovinos”.
Al hacer historia de la “Neospora caninum”, un protozoo formador de quistes tisulares, perteneciente al phylum Apicomplexa, sostuvo que desde que se describió por primera vez en 1989 como agente causal de aborto bovino en el estado de Nuevo México en los Estados Unidos, “este agente etiológico se ha convertido en una de las principales causas de fallo reproductivo de etiología transmisible en todo el mundo”.
El profesional español indicó que la neosporosis bovina “es una enfermedad de distribución mundial y con gran impacto económico debido al aborto que puede ocasionar. El ganado bovino infectado con el parásito tiene de tres a siete veces más probabilidades de abortar en comparación con el ganado no infectado”.
Otros costos indirectos incluyen los gastos asociados con el diagnóstico y el costo del reemplazo si las vacas abortadas son sacrificadas. Las seroprevalencias de la infección difieren considerablemente entre los países, las regiones y también entre el vacuno de carne y el de leche.
Recientemente, un estudio que incluyó a diez países señala que la seroprevalencia media está en un 16,1% en ganado lechero y en 11,5% en el ganado de carne. La estimación de pérdidas económicas causadas por la infección en estos 10 países asciende a unos 1.200 millones de dólares. Sin embargo, dada la distribución mundial de la enfermedad (se ha reportado la presencia de la infección en 45 países), las pérdidas económicas son, seguramente, considerablemente superiores a esta cifra.
MODOS DE TRANSMISIÓN Y CONSECUENCIAS
Desde hace más de una década se tiene un profundo conocimiento de la importancia de la transmisión vertical vía transplacentaria de la neosporosis en el ganado bovino. Este modo de transmisión se produce cuando, en la hembra gestante, los taquizoítos atraviesan la placenta e invaden al feto.
Se sabe que las consecuencias de la infección en el feto dependen de factores tales como su edad e inmunocompetencia, la virulencia del aislado y la respuesta inmunitaria de la madre. En general, cuanto más tarde se produce la infección durante la gestación, mayores son las probabilidades de que el ternero nazca sano aunque, congénitamente infectado.
La transmisión vertical es el modo de transmisión predominante y es altamente eficiente, ya que muchas granjas mantienen una tasa de prevalencia más o menos constante a lo largo de los años, con una correlación casi perfecta entre la seropositividad de las madres y sus terneros, sin que exista una aparente fuente externa de infección. Según su origen, la transmisión vertical puede ser endógena o exógena. La de origen endógeno ocurre cuando la madre ya presentaba una infección crónica y, como consecuencia de una recrudescencia de la misma durante la gestación, se produce el paso de los taquizoítos al feto.
La transmisión endógena “es, pues, presumiblemente la predominante en las granjas con un patrón de aborto endémico en las que la infección se mantiene de generación en generación”, dijo Ortega. La transmisión vertical de origen exógeno, sin embargo, ocurre cuando la madre se infecta por primera vez con neosporosis durante la gestación, y la transmite al feto.
El otro modo de transmisión en la neosporosis bovina es el horizontal o postnatal, puntualizó. “Aunque su presentación es menos frecuente, puede dar lugar a repercusiones clínicas y económicas muy significativas. En la práctica, se produce por ingestión del ganado de los quistes que son eliminados por los perros y que contaminan el alimento o el agua.

Agregó que, “generalmente, cuando aparece esta contaminación externa y, por consiguiente, la transmisión horizontal al ganado, una proporción elevada del rebaño se infecta por primera vez en muy poco tiempo y, con frecuencia, se traduce en un brote de abortos como consecuencia de la transmisión vertical exógena al feto (patrón de aborto epidémico)”. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE UY 

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