jueves, 15 de marzo de 2018

DESOLACIÓN , DESCONSUELO EN VECINOS AFECTADOS POR LLUVIAS EN BOLIVIA


 Damnificados por aluvión en Tiquipaya peregrinan por ayuda
La maquinaria que trabaja en el río Taquiña, pero sin volquetas y una fila de vecinos afectados. | José Rocha
Una vecina mira la destrucción que dejó el aluvión. | José Rocha
Una vecina mira la destrucción que dejó el aluvión. | José Rocha
Katiuska Vásquez
¿Qué somos?, preguntó ayer Néstor Marca a sus vecinos de Juventud Chilimarca, uno de los barrios impactados por el aluvión, el 6 de febrero en Tiquipaya. “Animales perfectos”, les cuestionó. Y es que a más de un mes del desastre que dejó a 122 familias sin techo, las huellas de la destrucción están por todas partes, el tamaño de las rocas sobre las casas es impresionante y la congoja de la gente que lo ha perdido todo se puede palpar.
Néstor continuó interpelando a sus vecinos, que ayer se reunieron en una asamblea para mostrar cómo viven, qué necesitan y sobre todo para reclamar por el olvido en el que sienten que los han dejado las autoridades. Si bien los trabajos de rehabilitación continúan, la maquinaria es mínima y las volquetas ni siquiera tienen diésel.
“No tenemos ni una tasa para servirnos el desayuno, qué tenemos que hacer, tomar en latas de sardina, dónde están las autoridades”, relató el vecino, que como muchos pasa los 60 años y lo perdió todo en un abrir y cerrar de ojos.   Siguió: “Las autoridades no saben lo que estamos haciendo, viven en otro planeta”. 
Sólo promesas
Todos saben que tienen que volver a empezar, pero también saben que no lo pueden hacer solos. Iván Torrico reclamó: “Señor Evo Morales, señor Vicepresidente y Gobernador, qué pasó con las promesas que hicieron, no se juega con el dolor de la gente”.
Los afectados  piden la rehabilitación de vías, la limpieza de sus casas, la reconstrucción del puente y una revisión de las casas que quedaron en pie. No saben si las tendrán que demoler, si las podrán rehabilitar o tendrán que irse.
La gente se siente asfixiada por el lodo fétido y teme por el brote de enfermedades. ¿Dónde está el Programa Mi Salud?, preguntó Elizabeth Salinas, la mamá de Gamaliel, el niño que murió por rescatar a su mascota. Pidió dar con los responsables del desastre.
“Lo último que sabemos es que el Alcalde sabía y no avisó, podíamos salir con vida hemos perdido seres queridos”, lamentó.   
Al día siguiente del desastre, el 7 de febrero, el vicepresidente Álvaro García Linera les dijo a los afectados: “Con Defensa Civil hemos traído más alimento, más víveres, hemos traído más colchones, más frazadas (…) A las personas que han perdido sus casas vamos a construirles nuevas”.
El dirigente de Juventud Chilimarca, Víctor Cadima, declaró: “Estamos entrando a una etapa de enfriamiento, las máquinas están cumpliendo sus horas y se están yendo. El martes tuvimos que hacer un cordón humano para evitar que dos máquinas se vayan”.
Más recursos
Sólo una comisión del Concejo Municipal llegó  a la zona del desastre; no acudió el alcalde Juan Carlos Ángulo ni el gobernador Iván Canelas.
El presidente del Concejo Saúl Torrico informó que se aprobó una ley para un crédito para la compra de maquinaria pesada.
Campaña
“Ayudemos a levantar Tiquipaya” es la campaña que empresarios y ciclistas  realizaron para colaborar con los afectados del desastre. Ayer, entregaron 40 mil bolivianos a cinco familias.
El presidente de la Federación de Entidades Empresariales, Javier Bellot, convocó a los empresarios a apoyar las actividades  del domingo: una pedaleada solidaria y una confraternización en El Manantial, la entrada es 20 bolivianos.
TESTIMONIOS
"Todavía estamos asfixiados en el lodo, hay ocho casas que están bajo el barro. La maquinaria ya se irá". Víctor Cadima. Dirigente Chilimarca
"Ni dormimos ni comemos bien ni nos vestimos bien. Qué somos, unos animales perfectos". Néstor Marca. Vecino
"Se tiene que dar con los responsables, no sólo la naturaleza tiene la culpa; también las autoridades". Elizabeth Salinas. Mamá de niño fallecido
TAQUIÑA: ESTUDIO DEFINIRÁ LA FRANJA DE SEGURIDAD 
A pesar del efecto devastador del aluvión para las viviendas cercanas al río (torrentera) Taquiña, en la zona próxima al Parque Nacional Tunari los vecinos se resisten a dejar su hogar o ser reubicados.
Una pobladora aseveró que en 2017 sacó una certificación para un crédito bancario y la Alcaldía avaló que su casa estaba aprobada y que Taquiña era una torrentera; no un río, con una franja de seguridad de 25 metros.
El presidente del Concejo manifestó que se trabaja en una nueva delimitación a través de una consultora y que los resultados serán consensuados. La norma de la gestión de Saúl Cruz (MAS) quedó anulada.
El Alcalde dijo en declaración a la prensa que apoyan a las familias en el marco de sus responsabilidades y que la franja de seguridad tendrá que aumentar.  “Manejen el término reubicación con mucho cuidado, no pueden decirnos váyanse arbitrariamente”, dijo un vecino. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA

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